...
Establecer los
objetivos tiene su ciencia. No es cuestión de lanzar un deseo al aire o creer
que con el poder de la mente es suficiente para ser bendecido con la
realización de todo lo que anhelas.
Hay muchísimos dichos
populares, y hasta bíblicos, que aúpan al hombre a trabajar por lo que
realmente quiere.
Literaturas,
estrategias, principios, herramientas como la PNL, Hipnosis y hasta el coach
personal, se han abocado a ayudar a las personas a alcanzar sus metas en los
distintos ámbitos, y para mí, un factor determinante del éxito de una persona,
es la forma en la que establece sus objetivos, y cómo los sitúan a lo largo de
la línea del tiempo, tomando en cuenta el contexto y las potencialidades internas
y externas.
A continuación se
presentan 10 pasos mágicos para el establecimiento de objetivos, que te
ayudaran a disponer de forma organizada y efectiva lo que deseas, sin caer en
frustración o desdén, y estimulando la creatividad y la disciplina.
Los 10 Pasos:
1.
Prepara el tiempo y el espacio: Hasta para establecer los objetivos, requieres
tener de un espacio físico y de tiempo, que te garantice la concentración
necesaria. Apaga celulares, elimina las posibles distracciones, acuerda tener
un momento de intimidad e introspección que te ayude a escuchar lo que tu
corazón, mente y cuerpo en armonía, quieren que realices.
2.
Anota tus deseos: El primer paso para el establecimiento de objetivos, es anotar de forma
aleatoria e indiscriminada, todos aquellos deseos, anhelos, metas, tareas,
deberes, etc., que se te vengan a la mente. La forma idónea de escribir esta
lista de deseos, es sin precisar prioridades, lugar o recursos que necesitas
para alcanzarlos, y sin pensar en el tiempo que te llevará lograr lo que has anotado.
Esta práctica es positiva para dejar volar tu imaginación y activar tu
hemisferio derecho del cerebro, conectándote con tu intimidad creativa.
3.
Colorea: Con fines de organización, una vez que hayas hecho tu lista de deseos,
vas a dividirlos por rubros, definiendo un color para cada concepto que los agrupe.
Rubros como familia, casa, empleo, educación, pareja, sexo, salud, bienestar físico,
espiritualidad, finanzas, etc. Tú eliges el nombre que defina a cada categoría
de los objetivos o deseos que te hayas establecido. Una vez tengas esos rubros
claros, asígnales un color, que puedas encontrar en lápices y marcadores, y que
puedas emplear con facilidad para anotar en agendas, pizarras, computadoras, o
los recursos que decidas emplear como aliados.
4.
Separa y clasifica; Una vez hayas establecido los rubros y hayas
definido el color que le asignarás a cada uno de ellos, es hora de volver a tu
lista de deseos y metas y clasificar lo que escribiste inicialmente, juntando
tus metas por las categorías. Todas las metas que tengan relación a un rubro
que hayas determinado, por su puesto, las anotarás en esta nueva lista.
5.
Prioriza: Ya
tienes las metas separadas por categorías… Es hora de priorizar. Dice el Dr.
Jorge Bucay en una de sus metáforas, que hay que darle importancia a lo
realmente importante…. Una vez definamos cuál es el cimiento de nuestros
deseos, sabremos que en base a esa meta, deben ir orientadas todas nuestras
decisiones, además de ayudarnos a ser coherentes y ecológicos a la hora de
actuar. Un ejemplo clásico es la persona que desea fortuna, y que no consigue
tiempo para descansar adecuadamente, comer bien, ejercitarse, y tener momentos
de esparcimientos que lo ayuden a equilibrarse bioquímicamente. Esa persona está comprometiendo su salud por
un deseo monetario, no siendo ecológico consigo mismo y perjudicando un ámbito
importante de su bienestar. Si estableces correctamente las prioridades, sabes
que cuidando tu salud física y mental podrás ser más productivo, creativo, y
proactivo a la hora de conseguir una meta. En este paso, debes tomar en cuenta
el consejo de Stephen Covey y poner “primero lo primero”.
6.
Afuera y adentro: Con las prioridades establecidas, ya sabes cuál será el faro que
guiará el resto de tus decisiones. Ahora viene un punto muy importante, y es
sentarte a sincerar estos deseos de acuerdo con el contexto y con tus
fortalezas y debilidades. No aconsejo que dediques mucho tiempo a este punto
por ahora, sino lo necesario para saber en dónde estás (tu punto de partida) y
los recursos, las personas, los talentos, las circunstancias que debes tomar en
cuenta a la hora de lograr tus metas. En este paso lo que se busca es que
depures aquellas metas que son irrelevantes, identifiques las que dependen de
factores externos, o de las que debas procurar afinar talentos que aún no
poseas, dando como resultado, ideas o tareas que quizás hasta este punto, no
hayas considerado.
7.
Línea de tiempo: Es la hora de la magia… Es el momento de
definir cuánto tiempo te llevará realizar cada una de las metas, y colocarlas
en el calendario según las fechas en la que consideres apropiado comenzar. Lo
ideal es dibujar una tabla con las 52 semanas del año, y ahí escribas cada una
de tus metas, fijando el tiempo de inicio y marcando cuánto tiempo estimas para
realizarlas. Es como si estuvieras creando un diagrama de gantt. Lo que se
busca con esta práctica es que veas, de forma gráfica, el tiempo de cada
actividad y que organices tus metas de
forma que sean realizables y no colapses tu día a día, sino que consideres la
bendición del tiempo, que con constancia y disciplina seguro alcanzarás el
éxito en tus cometidos. Recuerda ser ecológico al diagramar tus metas y distribuirlas armónicamente en tu línea de
tiempo, sin interferir una meta con la otra, y cuidando de que las metas que te
plantees no peleen con tu rutina, obligaciones, responsabilidades, o quehaceres
diarios.
8.
Paso a paso: Haz una planificación de implementación. Una vez decidas, según tus
prioridades, cuál será la primera meta en la palestra, debes hacer un ejercicio
de sistematización, en donde visualices de forma muy creativa, cómo harás para
alcanzar tu cometido. Este ejercicio de visualización te dirá desde lo más
mínimo que debes hacer, paso a paso, hasta conseguir tu primera meta. Siéntate y escribe cada una de las tareas que
consideras necesarias para lograr tu meta. Cuando ya tengas esta lista de
tareas desglasada, toma una agenda y distribúyelas a lo largo de tus horas,
días, semanas y meses.
9.
Motívate:
Una vez escuché que la motivación es tan importante, que no hay que conferirla
a otros… La automotivación es la clave para seguir adelante y cumplir con éxito
todos los propósitos que te planteas. Busca información y sigue consejos que te
ayuden a mantener la motivación diaria. Considera en tu diagrama de tiempo
aquellas actividades que te motivan y recrean, toma tiempo para descansar y
reponer energías, usa recursos externos para mantener la buena actitud, rodéate
de grupo de personas con alta motivación al logro.
10.
Retroalimentación: Evalúa la vigencia de tus metas. Lo único constante en nuestra vida es
el cambio, así que las metas y propósitos que te planteaste en determinado
momento pueden cambiar. Siempre debes evaluar tus metas, sin que eso signifique
evaluarte a ti. La realización de una meta no define quien eres, porque si
estableces las prioridades correctamente, y tienes suficiente valía personal,
sabes que la calificación positiva o negativa de una persona va más allá de sus
propósitos, y tiene más que ver con sus valores y actitudes ante la vida, el
mundo, los otros.