La salud es un
estado de completo bienestar físico, mental y social, en donde el individuo se
encuentra también en armonía con el medio ambiente, según la Organización
Mundial de la Salud, quien a su vez resalta que este concepto no se limita
únicamente a la ausencia de enfermedad.
Muchas veces las
personas son conscientes de la importancia de mantener los estados óptimos de
salud, pero las mismas condiciones de un entorno contrariado, no permite que el
individuo cuente, ni con las herramientas, ni con el tiempo, ni la disposición,
ni las condiciones para procurar su propia salud a través de rutinas saludables.
Hoy en día, el
venezolano se ve inmerso en un sinfín de retos, vicisitudes, circunstancias,
que dificultan su propósito de estar con
buena salud. Vivir en armonía con el entorno se vuelve una labor tan cuesta
arriba, que no cabe en la lista de quehaceres, porque ya en sí, la rutina demandante
hace que pongamos el piloto automático para poder sobrevivir a sus mismas
exigencias.
La calidad de
vida para la mayoría de las personas se volvió una quimera. Trabajamos para
tener mejores condiciones, pero el costo de la vida es cada vez mayor, por lo
que el dinero se volvió insuficiente y las horas de trabajo se ven alargadas,
teniendo menos tiempo para la familia, la recreación, las labores de la casa,
la escuela, y el crecimiento espiritual. La formación de valores quedó
huérfana.
Este escenario se
agravia con la conmoción social que ha ocurrido en estos últimos días en
Venezuela, precedida por el colapso político y económico. La sociedad en su
mayoría, se avocó a buscar noticias, y a sumergirse en niveles de estrés no
saludables. Se convirtió en una necesidad que raya casi en el vicio. Estos
niveles de estrés auto administrados, tienen por su puesto, su efecto en
nuestros neurotransmisores y en nuestra composición bioquímica, por lo que las
consecuencias se ven reflejadas en el cuerpo, la salud, y hasta en nuestro
rendimiento diario.
Las metas, los
objetivos, los propósitos se ven socavados por el pesimismo, la queja
constante, y los mismos problemas que nublan la visión de cualquier
posibilidad, y lo peor es que nos hacemos eco de las malas situaciones,
contagiando a nuestros pares, como en una pandemia. Esto no queda ahí. Además
de estar sumidos ante una parálisis colectiva, se ha criminalizado toda
posibilidad de salir de ese círculo vicioso. La proactividad, los pensamientos
positivos, el optimismo, la alegría y la felicidad, se han vuelto valores y circunstancias inaceptables porque son
interpretados como falta de empatía, desinterés social, egoísmo, indolencia o
hasta desubicación.
Entonces, ¿nuestro interés de estar en bienestar,
lo debemos esconder?
La sociedad
venezolana, hoy más que nunca necesita personas saludables, estables y en
armonía, que con cordura sigan enfocados en sus metas y sigan apuntando hacia
la eficacia y hacia la productividad al máximo.
Esto es una
cadena. Si como individuos nos dedicamos a cultivar el bienestar en nuestras
vidas, y cuidamos de nuestro cuerpo y nuestra mente, podemos ofrecer un aporte
más valioso a la sociedad. Podemos ser parte de la solución y no agregarle más
peso a los problemas. Cuando una persona maneja adecuadamente sus emociones, y sigue
su meta de salud, tiene mejor y mayor disposición física y mental para abordar
con éxito los retos que se le planteen a lo largo del día.
Recordemos que
desde la salud, podemos dormir mejor, tener menos ansiedad, y nuestra máquina
de ideas está atenta a soluciones prácticas. Además de todo esto, cuando nos
mantenemos bien, podemos ayudar a los más necesitados. Cualquier organización
no lucrativa necesita más que nunca de tu colaboración, como participante activo,
o bien que les regales algún capital que les permitan seguir sus misiones y
labores.
Entonces, al
tomar consciencia de esto, ¿comprenderás que cuidarte es lo mejor que puedes
hacer por ti, tu familia, organización, sociedad y por tu país?
Un ciudadano en
buenas condiciones es un ciudadano con potencialidad para participar
activamente en las soluciones que requiere una colectividad, sean cuales sean.
Te invito a que formes parte de esta iniciativa, que desde muy temprano en la mañana, ayuda a encontrar las razones por las que debemos agradecer, y seguir adelante con ánimo.